Las consecuencias emocionales de vivir en el extranjero

Mudarse al extranjero puede parecer importante para algunas personas. De hecho, puede agregar valor a su currículum y ofrecer ventajas en cuanto al mundo laboral. Pero, ¿cuáles son las consecuencias emocionales de vivir en el extranjero?

En este artículo, queremos abordar principalmente los efectos psicológicos de las estancias prolongadas en el extranjero. Ya que las estancias más cortas, como las vacaciones, no suelen crear grandes impactos emocionales en las personas que las experimentan.

El miedo

La decisión de mudarse a otro país no se debe tomar a la ligera, ya que conlleva “dejar atrás su antigua vida” y comenzar una nueva en otro país, por lo que puede ser estresante para algunas personas, especialmente si tienen poco conocimiento del idioma o de la cultura del país de destino. Además, elegir vivir en el extranjero también conlleva dejar atrás a amigos y familiares.

La depresión y sentirse solo

Es completamente normal sentirse solo y deprimido en ocasiones, sobre todo al principio de la estancia y en parte debido a la nostalgia. Pero eso no durará mucho, empezará a conocer a gente nueva y a familiarizarte más con la nueva ciudad. ¡No hay de qué preocuparse!

Conocerse a uno mismo

Una de las ventajas que tiene comenzar una vida lejos de la familia y los amigos es aprender a vivir con uno mismo. Una persona que sea tímida ya no podrá refugiarse en sus amigos para hacer cosas, será la oportunidad perfecta para cambiar y convertirse en alguien más extrovertido. Gracias a que esta experiencia incita a salir de la zona de confort, le permitirá abrirse más a los demás.

Comparar culturas

Mudarse a otro país también permite aprender nuevas costumbres, lo que causa en las personas que lo experimentan una tendencia a comparar las culturas del país de origen y del país de destino. Al hacerlo, según el sitio web Science Daily, se distinguen “las normas y valores que definen a la persona de los que reflejan la educación y cultura que esta recibe”.

Aunque los primeros días o semanas pueden ser difíciles, todo eso pasará, ya que establecerse en el extranjero permite (a largo plazo) conocerse a uno mismo, salir de la zona de confort y hacer amigos.