Lenguas y dialectos en vía de extinción

Lenguas y dialectos en vía de extinción

Los expertos participantes en el Congreso Internacional “Syntax of the World’s Languages” estimaron que más del 60% de los 6.700 idiomas y dialectos que se hablan hoy en día a nivel mundial están en peligro de extinción, o lo que es lo mismo, entre 3.000 y 4.000 idiomas. En Europa -el continente menos amenazado- de las 123 lenguas censadas hay 9 lenguas “moribundas”, 26 “cercanas a la extinción” y 38 “en peligro”.

Esta evolución podría explicarse por el uso recurrente de las lenguas dominantes en medio de un contexto de globalización y relaciones socioeconómicas desiguales. Así, la regresión de una lengua dependería del lugar que ocupan sus hablantes dentro de las relaciones socioeconómicas mundiales. De hecho, una lengua minoritaria a menudo debe confiar en otro grupo dominante para garantizar su desarrollo económico y así tiende a perder su influencia. El bretón en Francia y el galés en el Reino Unido ilustran a este respecto el rápido desuso de las lenguas sujetas a un cambio social radical, así por eso mismo, mientras la Bretaña y el País de Gales fueron sociedades agrícolas protegidas por el aislamiento relativo de su región, el bretón y el galés se mantuvieron a pesar de la presión lingüística, francesa e inglesa en la escuela, la administración y el gobierno.

El imperialismo cultural

El encuentro con otra cultura crea a menudo una especie de espíritu de dominación. Con el aumento vertiginoso del ansia de poder de los tres continentes globalizados actualmente: Estados Unidos, Europa y Asia, uno no cesa de preguntarse por el futuro de las culturas minoritarias. El imperialismo cultural es el resultado de una relación de poder en favor de una lengua dominante, que controla tanto el número de hablantes como el poder económico generador de productos culturales. La dominación cultural se extiende desde la escuela hasta los productos que se transmiten a través de la tecnología como el cine, la radio, la televisión y la informática. De este modo, el desafío de las lenguas minoritarias consiste tanto en defenderse contra el imperialismo de las grandes lenguas como en despuntar en su campo, incluso si no disponen del mismo número de recursos ni económicos ni tecnológicos. La orientación hacia los estándares internacionales puede ser suicida para las lenguas minoritarias debido al alto precio que pueden pagar en caso de error. Sin embargo, el ejemplo de suecos, daneses, noruegos y finlandeses muestra que es posible enfrentar el desafío. Si no, será la asfixia y la muerte de las lenguas que habrán perdido la oportunidad. Contrariamente, los pueblos minoritarios que usan masivamente la lengua y la cultura de otras culturas se vuelven rápidamente dependientes contribuyendo a la anemia de su propia lengua y a la expansión de las lenguas dominantes.

Por eso mismo, hoy, en un mundo donde las ambiciones del hombre son cada vez más desproporcionadas, la llegada del imperialismo cultural es muy significativa. Reforzada por los medios de comunicación, la cultura occidental tiene un impacto muy negativo en África. Y dado que la cultura es una manifestación de uno mismo, de la afirmación de la diferencia ontológica, del reconocimiento del propio poder en el extranjero, el pensamiento de los países occidentales ha derivado hacia la búsqueda de poder y no hacia el respeto mutuo, el diálogo cultural entre unos y otros y la búsqueda de la armonía planetaria. Entonces, ya sea de buena gana o no, el africano ha quedado atrapado por la nueva cara del mundo. Jules ATANGANA lo describe muy bien:

«Nos guste o no, el pensamiento de los países tecnológicamente más avanzados que nosotros, tiende a aceptarse mediante maniobras sutiles y a través de objetos cotidianos como los periódicos, la radio o la televisión, formas de vida que, si bien no fomentan abiertamente el empobrecimiento mental de nuestros pueblos, son sin embargo, instrumentos que contribuyen más rápido de lo que creemos, al deterioro progresivo de nuestras culturas nacionales»

¿Qué se puede hacer para impedir que una lengua desaparezca?

Lo más importante que se puede hacer para evitar que una lengua desaparezca es crear las condiciones necesarias para que sus hablantes la hablen y se la enseñen a sus hijos. Estas medidas a menudo requieren políticas nacionales que reconozcan y protejan las lenguas minoritarias, sistemas educativos que promuevan la educación en la lengua materna, así como una colaboración creativa entre miembros de la comunidad y lingüistas con el fin de desarrollar un sistema de escritura y de introducir una enseñanza formal de la lengua. En la medida en que el factor principal es la actitud de la comunidad de hablantes hacia su propia lengua, es esencial crear un entorno social y político que avale y respalde el plurilingüismo y el respeto por las lenguas minoritarias para que el uso de estas sea más una ventaja que un problema. Actualmente, algunas lenguas tienen muy pocos hablantes para sobrevivir, pero los lingüistas pueden, si la comunidad lo desea, archivar la mayor cantidad posible de contenidos expresados en esa lengua para que no desaparezca por completo sin dejar rastro.

Otros artículos de interés:

http://www.unesco.org/new/fr/culture/themes/endangered-languages/faq-on-endangered-languages/

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